Cuando ellos se elevan nosotros nos arrastramos.

Verán, en lo romántico, solo me puedo describir como cuando una persona borracha llega a su casa y se golpea con las paredes hasta dar con su cama a dormir desorientada, maquillada y con zapatos. Sólo que yo nunca llego. Mi relación más significativa hasta ahora fue con una persona que me enteré que me engañaba cuando aun no tenía su yerra, pero en vez de irme, lo dejé que me dejara... 

Como el perro de las dos tortas me quedé sin Muñequito y sin mi. La nena se enamora de nuevo, escribe poemas en secreto, se construye a Versailles en la novena nube y luego, la muerte.

La mía. 

Me ves rogar. Todos se hinchan, se vuelven inalcanzables, imperturbables. Y yo, que soy una celosa veterana, para citar a Obama Michelle:


Cuando ellos se elevan nosotros nos arrastramos.


Me gana la paranoia, la autodevaluación, y coño yo no puedo denigrarme en silencio? Tengo que gritar y desplumarme? Derramo las salsas, rompo los platos. Que me escuchen los vecinos de los vecinos de los vecinos. Cansada de hacer enemigos me quedo en el suelo, de capirote, para que me comprendan cuando yo misma...



Codigo: Depresión

 Qué cool era para mi tener 17 años y burlarme de los consejos de mi psicologo. Decirle a todo el mundo que él mismo era un inadaptado por que descubrí accidentalmente que su novia fue su paciente  y no dudé en divulgarlo. Hasta que no fui adulta no entendí el peligro que siempre he sido para mí misma.

La primera vez que atenté contra mi vida yo tenía 9 años. Aún no sabía lo que era morir y ya lo deseaba, ya me causaba dolor dejando de comer, quemandome o cortandome las extremidades "accidentalmente". Era tan facil en los 90s por mas que mis actitudes sin duda eran autodestructivas, mis padres no tenían un minuto para detenerse y le dejaron todo al YA SE LE PASARA.

Pero no se me pasó y con mis actitudes magnicidas hice mucho daño. Mi beligerancia no era solo hacia mi misma. Mis hermanos vivieron un infierno conmigo como hermana mayor. 

Cuando tenía 24 años estaba frente a una pared. Mezclaba alcohol con medicación todo el tiempo, gastando el dinero de mami, viviendo con un hombre que no me amaba. Estaba delgada, hermosa, por fuera, andaba en tacones altos el mundo, pero por dentro mi mente no podía organizar 2 ideas coherentes. Me despidieron de mi trabajo de ensueño, mi mejor amigo me abandonó, lo jodí todo... Allí pensé que ya no podría mas, que nada peor me podía pasar y decidí rentar una habitación de hotel para terminar con mi vida, pero terminé despertando al otro día aturdida... 

Mi mamá me dio el chance de hacer una llamada antes de llevarme a una casa de paz (aquí no habían rehab centers había que recurrir a las monjitas). La usé para llamar a mi mejor amigo, pero él me cerró el telefono. Estuve en la casa de Paz por 50 días. Queriendome morir cada 240 segundos. Sin mi compu, sin mi blog, sin mis amigos, sin mis tacones, casi enloquezco, pero al salir, me hice muy buena en mantener las apariencias.

Entonces pinte mi pelo de morado y adopté una estetica distinta, me acosté con quien quise. Es como si una bomba de napalm hubiese caído en una letrina. Vi a mi papá llorar por mi y pedirme que me arrepintiera de mis pecados, porque pensaba que me iba a morir de alcholismo, inanición o de SIDA. Realmente pasé 2 años oscuros hasta que me embaracé de momo. Entonces estuve obligada a frenar, a respirar, a amar, a cuidarme, porque ya no era yo. Sentía que la vida me estaba dando la oportunidad de resetearlo todo, y por los ultimos 10 años han sido risas y juegos y colores y mi depresion ha estado mirandome explotar en escarchas brillantes y llorar ega.

Ya no es cool tener 37 y ser resposable de un niño. Tengo que frenar mi mente que siempre me dice que Momo estará bien si yo ya no estoy, pero que si me cuelgo en el patio yo seré lo primero que vea como un ornamento de navidad y yo sé, que mi depresión volvió.

Barbara no llora

Cuando me presentaban a alguien nuevo y la conversación nos empujaba a describirnos, yo me describía como alguien que no llora.

Como si fuera un super poder, o un bitcoin. Bárbara no llora.

Le digo a todos que no lloro por lo facil que es lidiar con las cosas que duelen cuando nadie más sabe que al parecer exploto cuando implosiono.

Felicidades! al final, descubriste mi Prestige. Pudiste usarlo para tenerme de rodillas, calentandote los pies en vez de levantar la correa. Pudiste ponerme en agua caliente y verme teñir tu vida, aromatizarla, curarla, pero preferiste verme arder.

Pudiste verme arder rápido y preferiste hornearme. Pudiste tenerme compasión, pero te gusta a lo Jeffrey Dahmer.

Ahora, cuando me presentan a alguien nuevo y la conversación nos empuja a describirnos, antes de empezar a hablar ya estoy llorando.

Cómo comenzar a escribir una carta de adiós permanente

Siento que me falta habilidad estratégica para estar viva. Siempre dispuesta a que me aplasten el corazón por llevarlo en la solapa al dar un abrazo.

Si el remedio para esto era la edad, no hay enmiendo. Aún me usan a los 38 como me usaron a los 28 y como me usaron a los 18. En 20 años no he agarrado ni un cortauñas antes de entrar a las cuevas oscuras que hay dentro de las almas ajenas. Salgo de la cueva con una bala en la cabeza que me aturde causandome el caso más patético de amnesia parcial, pero no logra matarme. 

Por qué no me matan y ya? Mira ahora lo tengo que hacer yo...

La Tata

 Todo es hasta un día. 

Cuando por fin la fijación que tenía con alguien tóxico se evaporó no fue un día cualquiera. Para el resto de mundo si, pero en mi cerebro volaron serpentinas y llovieron los recuerdos como dulces abatidos de una piñata. Saben cuándo uno dice que siente el peso del mundo en sus hombros? Yo no... Pero si sentía el peso de sus huesos dentro de mis huesos, lo sentía a él dentro de mi.

Es más fácil escribir algo que sientes que algo que ya no sientes, es verdad, pero a saber mi desgracia. Justo cuando estoy celebrando que me liberé me doy cuenta de que tengo un nuevo grillete. Me queda la esperanza de saber que todo es hasta un día, y si yo pude sacarme a alguien de los huesos una vez...

Con gasolina

Recuerdo desde el olor del Uber que me llevó al parque. Que llevaba el pelo Afro y mi blusa estelar. Recuerdo que fumabas un cigarrillo en la parte alta del banco en el que se suponía que me encontrarías. También recuerdo que hablamos poco. La conversación la hicieron nuestras miradas y sonrisas como si nuestros ojos y bocas ya supieran que las mariposas en nuestros estomagos se las comerían los ciempiés y que los ciempiés se matan con gasolina. 

Bebí hasta quedar borracha buscando deshacerme de la sensación de tenerte dentro de mí haciendome cosquillas. Y tomé y tomé y no paré hasta que ya no sentí nada y a esto, por un tiempo, le llamé Paz.

La anestesia, ahora sin efecto, descubrió que, siguiendo su instinto y como cualquier ser vivo, los ciempiés pelearon por sobrevivir. Ya no corrían, pero aun hormigueaba al menor movimiento de sus metámeros. No recuerdo quien fue que dijo que la paz se conserva con guerra, algún politico americano sin duda. Antes tus ojotes incredulos encendí un fósforo y me lo tragué.


Feliz Aniversario bebé Globo

  En el principio pensé que sabía de él todo lo que tenía que saber y me ha sorprendido descubrir que mi novio es tatuador... Yo que odio los tatuajes con pasión. Me salió perfecto tipo ven tú siéntate aquí y hagamos enojar a mi familia. 

 

Sólo lo menciono para darles una idea de lo poco que sabía de él antes de tirarle la pokebola... Además es empalagoso y favorece el afecto público cuando a mi me empalma que me dejen en paz.


Mi novio trasnochado. Porque si antes me ilusionaba rendirme y culparlo de mi error, hoy estoy tan convencida de que fracasamos. Lo veo ser y hacer bonito, pero ya que más da.


Cada vez que conoces a alguien quieres que sea el último. Es difícil creer para mí que Abe no haya sido mi destino. No porque aún lo ame si no por lo intensa de la relación. Por las cosas que sacrifiqué para quedarme. Las espectativas rotas y cortantes como fragmentos de espejo. Se me imposibilita verme arrancandome la vida por Globo como lo hice por Abe. Incluso me tomó un año escribir sobre él.